TE AMARÉ POR SIEMPRE: Custodiando Al Amor
Capítulo LXXII: Los Efectos Del Alcohol.
mucho no se negaba. Al principio estaban
en silencio, solo el intercambio de miradas era la vía
de comunicación. Un Peter arrepentido
profundamente y una Lali dolida.
De fondo había una música muy apacible,
que le daba al ambiente cierta paz, cierta calma. Peter
la miraba y admiraba, tenía a su vista
al amor de su vida, a su esposa, a la mujer que quería que
lo perdonara, rogaba a Dios que colocara
todas las piezas del juego a su favor para lograrlo.
Lali correspondía a sus miradas, juraría
que Peter había vuelto a ser el mismo cariñoso, dulce,
pasional de siempre. Su actitud se lo
decía, si quisiera algo con ella ya lo habría intentado, estaba
demasiado vulnerable. Pero recordaba lo
que acaba de suceder y el miedo la embargaba
nuevamente.
Después de acabarse la primera botella,
Peter busco otra, de distinto tipo de licor. Según él había
que probar de todos los sabores de
alcohol porque no todos los días tenían la oportunidad de
beber de ese modo, juntos.
Ya se estaban liberando un poco,
conforme consumían los tragos disminuía la tensión,
comenzaron a hablar de banalidades, de
los hoteles y la cantidad de infidelidades de las que eran
testigos, de porqué las mujeres usaban
tacones y los hombres no, de que en el cuarto faltaban
unas velas para hacerlo más romántico…
Así de locos empezaron a salir los temas
y conforme mas hablaban, mas bebían, se comenzaron a
reír de tonterías de su boda, como de la
chica exhibicionista que va siempre asiste, o la regordeta
con un corsé que no la deja respirar o
la excéntrica que usa un sombrero muy chistoso.
-Yo creo que debemos parar porque
podemos perder el control!- dijo Lali de forma natural a
Peter, la risa, alcohol y una buena
charla de curiosidades con el amor de tu vida, eran una buena
terapia después de semejante mal rato.
La tensión había disminuido
abismalmente, las conversaciones eran más fluidas, se podría decir
que casi eran los de siempre. Casi.
-que pasó Marianita? Tenemos miedo de
embriagarnos-
-Yo no le temo a nada Juan Pedro- le
quitó la botella y se tomó lo que quedaba en ella.
Tercera botella a la mitad y Mariana se
dio cuenta que una copa mas y perdía los sentidos, le dijo
varias veces a Peter para detenerse,
pero él la retaba a más, no quería que se alejara, quería
seguir hablando con ella, se sentía tan
bien a su lado, estaba dispuesto a ganársela de nuevo.
- yo... mejor me voy- dijo Lali mientras
se levantaba
-hey, a donde vas?- se paro a la par.
-no se- rio a carcajadas, parte de los
efectos alcohólicos- pero si sigo bebiendo, no recordare ni
mi nombre- rieron y se fue a la puerta,
la cual Peter se había asegurado de cerrar con seguridad.
-te recuerdo que estas en toalla-
- ups!!-rió- voy a mi cuarto a
cambiarme!-
-estamos en un hotel La!!! y estás en tu
cuarto! No vas a alquilar otro cuando tienes este-
-pero no voy a cambiarme delante de ti!-
-no hay nada que te impida hacerlo, soy
tu marido-
-un marido que se ha portado muy mal-
-pero puedo recompensarlo- dijo
acercándose a ella. Los efectos del alcohol los había
desinhibido a ambos totalmente, y
algunas verdades eran difícil de controlarlas.
-no lo harás, no te daré tiempo de
hacerlo! Pooorrrque dormiré en el carro- refutó Lali.
-Morirás de frio Mariana!!Si ni siquiera
tienes puesta ropa interior!!- Exclamó Peter .
-¿cómo sabes?- preguntó mirándolo
sorprendida desde la puerta y acomodaba su bata tapando
mejor su cuerpo.
-Es obvio- se acercaba a Lali mientras
ella huía caminando hacia atrás, la estaba poniendo
nerviosa.-primero no se te marca nada de
ropa, segundo acabas de salir de darte un baño y te
ibas a cambiar, tú misma lo dijiste y
tercero-la acorraló en la puerta- desde donde yo estaba
sentado Tenia una vista muy agradable-
le sonrió de medio lado.
- eres un pervertido sexual-lo confrontó
Lali.
-no creo que sea un delito ser así con
mi esposa- refutó Peter.
-creo que las leyes deberían revisar
mejor los derechos de una esposa-
-por qué?-
-solo piensas en sexo-
-no es cierto, solo admiro el hermoso y
bien dotado cuerpo, de la que será mi mujer-
-no digas eso-
-¿Por qué? Si te encanta que te diga lo
mucho que me gusta cada parte de tí - dijo en susurro
sobre sus labios.
-Peter....-
-me gusta lo armónico que es-
-ya no…-
-lo que expresa cuando no hablas-
acariciaba su rostro con su naríz.
-sigas…-
-el aroma que emite- la olfateó
delicadamente.
-por favor, tu….-
-sssshhhhhh- la beso con ternura y ella
correspondió, simplemente débil a Juan Pedro Lanzani,
era increíble lo vulnerable que era a
sus besos, sus caricias, sus palabras cuando hablaban de
amor.
Acariciaba sus labios con tanta suavidad
que parecían de seda, y con tanto amor que despertó
sensaciones en ambos que pensaron que se
habían quebrado con lo que acababa de suceder.
Pero ella lo separo, no quería que la
obligara.
-no Peter... mejor me voy- dijo ella
girándose para abrir la puerta.
-quédate- le susurro en el oído.
-no quiero- intentó abrir pero estaba
trancada con llave -ábrela Peter-
-convénceme, como
sólo tu sabes hacerlo
SEAN FELICES
*GMR*
sakjdakjdkjadas
ResponderEliminarseduccion ajajaja
mas
Maaassssss. luz
ResponderEliminarhayy me mueroo masss
ResponderEliminarya es el ultimo que firmo porque ya voy a leer desde el cel pero sigue montando mas capss porfaa!!!
Mas mas mas @mely1803
ResponderEliminarEsto se llama una tregua!
ResponderEliminarQuiero que Peter vuelva a ser el de antes!!! u.u
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
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