Capítulo 71 "TAPS: Custodiando Al Amor"

TE AMARÉ POR SIEMPRE: Custodiando Al Amor

Capítulo LXXI: Te lastimé

Peter tenía una lucha interna, por un lado quería salir corriendo de esa habitación y huir lejos,

muy lejos donde se olvidara que Lali existía, y que esto le había pasado... sería de cobardes tal

vez, pero su corazón estaba hecho trizas.

Por otro lado quería quedarse, reconquistarla, demostrarle que estaba equivocada, que él se

merecía su amor, y que ni Gastón ni ningún otro hombre que no fuera él, la iba a amar tanto. Ja!

Pero como demostrárselo después de tremenda estupidez que había cometido.

Lali se quedó un rato más en la ducha, llorando en silencio por miedo a que Peter le hiciera algo

por eso, quito la ropa de su cuerpo y se bañó restregando muy bien cada parte de su piel, como

intentando borrar las manos de Peter que aún las sentía encima de sí: gracias a Dios, Peter no le

había hecho nada, gracias a Dios la dejo ir antes de que le desgraciara la vida.

Pero cada beso ella lo sintió como si le quemara el cuerpo, cada caricia parecía un látigo que

marcaba su piel. Era sexo, puro sexo y además involuntario, no se lo deseaba a ninguna mujer.

Muchísimo menos a ninguna recién casada.

1 hora después salió de la ducha, ya estaba mas recuperada del trauma que acababa de vivir,

pero su ropa estaba mojada, tenía que salir en toalla, desnuda. Solo deseaba que Peter no

estuviese en la habitación.

- Dios, Jesucristo, Espíritu Santo! Alguien compadézcase de mi y ayúdenme a susperar esto, sea

como sea! Sabré aceptarlo-

Exclamó una Lali resignada al riesgo de que Peter intentara de nuevo poseer su cuerpo. Respiró

profundamente y tomó la suficiente fuerza y valor para salir a confrontar a su marido.

Abrió la puerta, lentamente y lo vio sentado en el suelo cerca de la ventana de la habitación, en

todo el frente de la puerta del baño.

Después de todo, la habitación quedó un poco revuelta, algo de ropa tirada en el suelo, las

sabanas de la cama revueltas. Las maletas debajo del plasma. Algunas botellas en el suelo,

supone que Peter estuvo hurgando el bar.

Camisa abierta, cabello alborotado, y botella en mano, era el aspecto de su ahora marido. No

estaba embriagado pero a juzgar por el nivel del alcohol en el envase, se notaba que llevaba rato

consumiendo.

Apenas ella abrió la puerta la miró de arriba abajo, como quitando su bata de baño con sus ojos,

Lali debió sentir miedo, pero a justar por la forma de verla sentía que el verdadero Peter, el

hombre que ella amaba había vuelo. Él se paro con torpeza y se acercó a ella sin quitarle la

profunda mirada de encima.

-lo siento Peter, necesitaba un baño y...-

-no te preocupes, ésta también es tu habitación, puedes hacer lo que quieras, cuando quierasdijo

con voz triste, tal vez arrepentida.

-si...-dijo con desaliento- pero si te molesta yo...-

-no me molesta-

-solo tomo algo de ropa me cambio y me voy- dijo ella dirigiéndose a su maleta, él le había

pedido que desalojara el cuarto, y no le quedaba otra que obedecer.

-no te tienes que ir-

-pero tu....-

-fui un idiota La... Lo soy... y los idiotas decimos idioteces-

-Peter, a mi no me parece que después de lo que pasó nosotros...-

-brindemos-dijo ofreciéndole una copa.

-eh?-

- brindemos por ti, por mí, por nuestro matrimonio-

- te parece que debemos brindar? Que tenemos motivos para hacerlo?-

-Que otra cosa podemos hacer en una noche de bodas?- preguntó Peter sin malicia, lo que menos

quería tocar era "ESE" tema. Al menos no por ahora.-dale brindemos-

Ella lo miro con miedo, le daba pánico tocarlo, pero más miedo le daba no obedecerle y que

terminaran peor las cosas, de solo imaginarlo se congelo su cuerpo. Levantó su mano y Peter

notó que temblaba, no pudo evitar que una daga de dolor atravesara su pecho, e inmediatamente

se reflejó en sus ojos.

-te la pondré acá, tómala, nos hará bien- Dijo con un nudo en la garganta y la dejó en el suelo.

Pasó por su lado y se sentó rápidamente del otro lado de la habitación, apoyando su espalda a la

pared, dejando caer sus lágrimas sin vergüenza, y limpiándolas cada tanto, con la mirada clavada

en la copa.

Lali tomo la copa dubitativa y después de pensar unos segundos se la tomó toda de un trago. De

verdad le haría bien acompañar la noche con algo de alcohol. Ella vio el dolor en sus ojos, pero

no le iba a decir nada, no quería provocarlo nuevamente sin saber si ésta vez correría con la

misma suerte de que no le hizo nada.

-te lastimé?- preguntó Peter sirviendo más licor en su copa, sabía la respuesta pero quería

confirmarla.

Ella estaba sentada en el suelo, a los pies de la cama y él recostado en la pared diagonal a ella.

Lali se limitó a negar con la cabeza sin mirarlo a los ojos. No quería entrar en ese tema, al menos

no ahora.

-te lastime- afirmó él al notar el miedo que Lali tenía siquiera para hablar, dejando caer un par

de lagrimas más.

-te detuviste antes de hacerlo- le dijo Lali tratando de reconfortarlo.

Peter asintió, confirmando para sí mismo, que estuvo inmensamente errado al forzarla a

quererlo. Ella estaba enamorada de otro hombre, lo tenía que comprender, pero no quería, no lo

aceptaba: ella era su esposa, él la amaba profundamente, no quería lastimarla, solo quería que

ella lo amara también, así fuera solo una noche.

Pero después de semejante situación, no tenía la más mínima esperanza con ella. Eso le quedaba

claro, pero por lo menos su perdón quería tener.

SEAN FELICES

*GMR*