Capítulo 22 "TAPS: Custodiando Al Amor"

Capítulo XXII: Encerrados parte I

-La pregunta es: ¿qué haces tú aquí?- replicó Lali
-Es mi baño Mariana!! ¿¿Qué crees que hago??-
-Es mi casa Paulo!! ¿¿Qué crees que hago??- dijo con obviedad.
- ¿te estás burlando de mi verdad?- ella desvió su mirada y bufo con fastidio- Quiero una
explicación-
-Yo no tengo por qué darte explicaciones Pancracio!- Intentó irse pero él lo evito, obstruyéndole
el paso con su cuerpo- Quítate!- le ordenó
- Primero, se dice permiso. Segundo, me llamo PETER y tercero, de aquí no te mueves hasta que
me digas, ¿qué haces empapada en la ducha de mi baño?- dijo él enumerando cada cosa con su
dedo, pero expresándose de una forma bastante tranquila.
-Estoy empapada en tu ducha porque abriste la llave, que podrías cerrar si no te molesta!- dijo
con ironía y Peter estiró su mano para cerrarla. La miró fijamente esperando una respuesta pero
Lali evidentemente no podía decir la verdad- ¿Qué me ves?
Ya estaba agotando la paciencia de Peter y este lo demostró a través de un suspiro:
–Será que puede decir ¿Qué haces aquí? Sin rodeos Mariana!- pregunto con cierto carácter.
-será que me puedes dejar decir Mariana!! NO ME GUSTA! Por algo me dicen Lali!!- dijo
quejándose pero esta vez el no iba a caer en las discusiones absurdas de ella. Quería la repuesta
a su pregunta y eso era lo que esperaba- ok está bien, vine a buscar algo-
-¿Qué cosa?- dijo curioso y seguro de querer saber.
-eh… Vine a…a… a buscar jabón! –lo tomo y aparto a Peter de su camino para salir de la ducha.
Claramente él no se creyó ese cuento pero no la quería seguir presionando, cada vez que eso
ocurría terminaba en una situación que comprometía sus sentimientos. La observaba mientras
intentaba abrir la puerta para salir, estaba en pijamas: con un short bastante corto y una camisa
que se había adosado a su cuerpo por el agua que le cayó; el cabello despeinado y húmedo, y con
gotas de agua escurriéndose por la piel, siguiendo el camino de su figura la cuál le parecía
totalmente excitante. Era increíble que hasta en esas condiciones le siguiera pareciendo la mujer
más hermosa que había visto en su vida.
Desvió su mirada, al darse cuenta que la cercanía que tenía con Lali en ese lugar tan pequeño,
estaba siendo contraproducente para su “amigo” el cuál, mientras esos pensamientos invadían
su mente se despertaba. Ella hizo un gran esfuerzo por abrir la puerta del baño pero no pudo
hacerlo, aparentemente estaba cerrada con seguro.
-Ábrela!- le ordenó Lali.
-¿Qué?- lo sacó de los pensamientos a los que se había ido por unos segundos.
-está cerrada, ábrela!- le dijo señalando la puerta.
- Acaso ni eso puedes hacer?- se burlaba.
-Esta trancada Palemón! Mira – intento abrirla a la vista de él, pero no lo logró.
Él se acerco y comprobó lo que le había dicho Lali: Estaba trancada.
-No abre – dijo Peter mientras le seguía dando a la manija.
-oh! en serio?- ironizó- por eso es que te digo que la abras genio!!-
-No va a abrir!! Se dañó!- seguía intentando.
-¿¡cómo puede ser que no te sirva la puerta del baño y no te des cuenta Pinky?!
-Peter!!!!-corrigió- y que iba a saber yo, que se iba a dañar justo cuando tu entraras?!-
-Voy a llamar a alguien-
Tomo aire para gritar, pero Peter le tapó la boca rápidamente.
-Ni se te ocurra gritar!- advirtió y ella quitó la mano de él de su boca de una forma un poco
brusca.
-Primero, no vuelvas a callarme así! Segundo, tú no eres nadie para darme ordenes y Tercero, es
mi casa y aquí yo hago lo que quiero-
-Ah bueno, me parece excelente!!! Grita!! y así me dices la verdad de porqué estas aquí…- dijo
cruzándose de brazos y recostándose del lavamanos.
-Eh? yo te dije la verdad Pompeyo- haciéndose la boluda
-A si?? Entonces llama a Camilo, a ver si te cree que estas aquí mojada y encerrada conmigo a
medio vestir porque no había jabón en tu baño!-
Se tomo un minuto para comprobar ese detalle que se le había pasado por alto debido al susto:
Peter estaba en toalla. Escruto con la vista todo su tórax descubierto, sus brazos muy bien
trabajados, y su abdomen ni tan elaborado, ni tan flácido, tal y como a ella le encantaban.
Domino el impulso de abalanzarse sobre él y acariciar cada parte de su fornido cuerpo,
desviando su vista a la de él para olvidarse de su condición física, pero también quedó perdida
en esos ojos verdes que si no hubiese sido por el rechazo de la noche anterior juraría que piden a
gritos que le devoren la boca de un buen beso.
Reaccionó de lo que estaba pasando por su cabeza en ese momento y dijo:
-Dame tu celular-
-¿Cuál celular Lali!? Me voy a bañar por dios!! Como me voy a traer el celular! Ni que me fuese a
duchar con él! Saca el tuyo!!-
-¿¡Cual mío Piolin?! Vine a buscar jabón! ¿Cómo quieres que me traiga el celular para buscar
jabón?-
Le causaba muchísima gracia que ella mantuviese una mentira tan absurda como real, pero
aguantaba la risa de la excusa sin sentido que acababa de meter Lali, para no perder la
compostura. Dios como le encantaba esa mujer!... No! Debía ser fuerte. Era una lucha constante
que tenía consigo mismo, y que algún día se acabará.
-Sabes qué? Mientras tú piensas el modo de salir, YO me voy a bañar-
-Haz lo que quieras con tal de que no me molestes-
El se ignoró su comentario y se quito la toalla y quedando en bóxer, pero aun así ella se tapo los
ojos:
-aaaah!! ¿¿¿Qué haces???-
-Además de mentirosa, sorda? Me voy a bañar-
-Un momento no soy mentirosa!-
Él Suspiro hastiado y procedió a quitarse el bóxer.
-Paraaaaa!-
-¿¡Qué pasa Lali?!-
-¿Te vas a bañar desnudo?-
-Obvio!-
Iba a quitárselo de nuevo
-NOO!-
-DIOSS!! Por qué no??-
-¿Cómo te vas a bañar desnudo delante de mi?? Más respeto con tu jefa!!
-yo no te mande a entrar aquí, y en mi baño yo me ducho como quiero-
-Ay Dios Peter!! por Favor!- dijo sumamente nerviosa, estar con semejante hombre desnudo en
un baño, era una prueba demasiado grande para controlar sus sentimientos, sus impulsos y su
mente.
-¿Cómo?- pregunto el sorprendido.
-¡¡¡¡Que no te desnudez delante de mí por amor a Cristo!!!-
-Me llamaste Peter??- hizo la “sonrisa compradora”
-eeeeh? Si… ese no es tu nombre?- justificándose. Era la primera vez que lo llamaba por su
nombre. El subconsciente la había traicionado y estaba casi segura que él se aprovecharía de eso.
-Y me dijiste "por favor"?-
Se acercaba a ella con porte seductor, penetrando su mirada con esos ojos que hace rato piden
sus labios, con esa sonrisa que incitaba al desacato, y con ese cuerpo que anhelaba tocar con sus
manos; pero después del rechazo que obtuvo de él no iba, no quería, se impedía a si misma
dejarse llevar por la situación de nuevo, o tal vez si se dejará llevar?