ALGUNAS FIRMITAS
Y HAY MAS! =)
APOSTANDO AL AMOR
Capítulo XXXVII: llorar
-no exactamente- respondió
vagamente Peter – ¿escuchaste lo que
hablamos?-
-no- dijo Lali sin
titubeos, dejó las gasas a un lado y fue al congelador a buscar un poco de
hielo. – ¿me lo vas a decir?- quiso
saber.
-dijo que te amaba-
su
sinceridad lo sorprendió a si mismo. Ella se tensó por completo.
-¿no lo dejaste
hablar conmigo?- se animó a preguntar agarrando la nevera como si se estuviese
apoyando solamente de ella, tenía miedo de la respuesta, mucho miedo.
-no me lo pidió- habló como si
nada, pero Lali cerró la nevera de un golpe y se quedó mirándola conteniéndose
de reaccionar ante semejante respuesta, predispuesta a no creer- te estoy diciendo la verdad, ahora si no me
crees pue…-
-¿lo habrías dejado
pasar?- preguntó
sin mirarlo a los ojos, necesitaba alguien a quién echarle la culpa.
-la única visita
que te he prohibido ha sido la de Agustín, todas las demás son bienvenidas…-le dijo como si las
condiciones en las que ellos vivían fueran completamente normales -si tu padre me lo hubiese pedido habría
subido a preguntarte y, ¿Por qué no? lo hubiese dejado pasar, es tu padre, es
mi suegro- respondió con seriedad.
-permiso- pidió pasando de
prisa por su lado, huyendo de la situación.
-Mariana, ¿a donde vas?-
Peter quiso tomarla del brazo pero ella lo esquivó y salió corriendo, él la
siguió también predispuesto a la causa de las reacciones de Lali – ¿acaso te molestó que no dejara que Agustín
viniera?- le decía mientras la perseguía, subía las escaleras rápidamente
pero ella simplemente era más veloz – ¡lo
que me faltaba: además de que te burlaste de mi engañándome con el idiota de tu
amante, ahora lo dejara entrar en mi casa para que tuviesen amoríos bajo mi
techo! ¡Para la próxima me vas a pedir que hagamos un trio!- ironizó
enojado pero al llegar al cuarto de ella, Lali cerró de un portazo y con
pasador– ¡ABRE MARIANA!- ordenó golpeando
la puerta – ¡ME PARECE ESTÚPIDO QUE TE
PORTES ASÍ POR LO QUE TE ACABO DE DECIR! ¡¿AHORA ME CONDENAS POR MI
SINCERIDAD!?- forzaba la manija pero no abría – ¡O ES POR LO QUE TE HICE QUE TE PONES ASÍ! YO SABÍA QUE TODO LO DEL
PERDÓN ERA UNA EXCUSA BARATA PARA VER SI LOGRABAS CONSEGUIR TU LIBERTAD-
-¡¡Déjame Peter!!- dijo sollozando tan
fuertemente que parecía que no pudiese respirar. Se escuchaba como luchaba por
tomar aire y expulsarlo con otro intento de llanto, y él inmediatamente se
preocupó.
-¡¡¡ABRE MARIANA!!!- ordenó
tajante y forzó nuevamente la manija- ABRE
O TUMBO LA MALDITA PUERTA Y SABES QUE SOY CAPAZ-
-¡¡¡¡¡DEJAME
SOLAAAAAAAA!!!!- la escuchó decir y su voz de desgarró en llanto que no se detuvo.
-¡¡VOY A ENTRAR!!- anunció
y fue a su cuarto a buscar la llave, sus guardaespaldas, los dos que había
puesto en la puerta para que la cuidaran, lo miraban extrañados. Ellos no
tenían llave, no la necesitaban. Peter no tardó más de un minuto cuando ya
tenía la puerta abierta.
Entró y la miró en la cama, acurrucada en la orilla, con la cabeza
metida en la almohada y llorando desconsoladamente. Por alguna razón casi
inexplicable Peter no quiso sacar conclusiones apresuradas (por primera vez en
su vida tal vez) y se acercó a ella.
-Mariana….¿qué pasa?- le
preguntó suavemente. Ahora lo único que quería era que dejara de llorar a como
dé lugar, ese estado le partía el alma.
Lali giró la cabeza y le dio la espalda.
-nn..no quiero…no quiero hablar-
dijo desolada, el llanto no la dejaba expresarse con claridad, no la dejaba
respirar era un dolor en lo más profundo de pecho que el llanto no consolaba.
Peter ordenó que no lo molestaran, cerró la puerta, se quitó la camisa
y los zapatos, y se acostó al lado de ella. Apenas Lali sintió que él se
acostó, se rodó con desconfianza, pero él la detuvo colocando una mano en su
cintura, apretujándola contra su cuerpo.
-de…deja… déjame Peter…-
pidió queriéndole quitar su mano de encima pero el resistió.
-sshhhhh….
Ya…tranquila, No voy a hacerte daño- susurró en su oído pero ella se sacudió.
-tu… tu no entiendes-
-explícame- sugirió
hablaban suavemente.
-¡No quiero hablar!- soltó de repente
hipeando en llanto.
-entonces quédate tranquila, y
llora todo lo que tengas que llorar-
-¡¡¡No quiero
llorar!!!- habló como
niña rebelde y se giró sentándose –
¡quiero que te vayas!- comenzó a empujarlo para que se saliera de la cama.
-pídeme lo que sea
menos que te deje sola- se sentó apoyando sus manos atrás para no caer.
-¡¡quiero …. Quiero… quiero
Golpearte!!- gritó dándole con los puños en el pecho – por tu culpa mi papa no quiere verme- tomó aire para seguir
hablando mientras sus lágrimas no dejaban de caer y sus golpes eran mas suaves,
lo que hacían eran empujarlo- por tu
culpa mi papá no me quiere… - lloraba mas fuerte, le pegaba mas lento -todo es tu culpa- al fin se rindió y
tapó su cara con sus manos, Peter la abrazó y ésta vez ella no se resistió y se
aferró a él.
-ya princesa… llora todo lo que
tengas que llorar- Lali lloraba desolada, estaba privada en llanto y Peter
le acariciaba el cabello y la espalda para tranquilizarla… lentamente se fue
acostando en la cama y ella tenía la cara enterrada en el pecho de Peter,
mojándolo con sus lágrimas.
Su suegro no se merecía eso, no se lo merecía. Lali estaba sufriendo
porque posiblemente sintió el rechazo de su padre, y él sabía mucho de eso,
demasiado tal vez. Recordó cuando sus padres le hicieron lo mismo a él, y no
pudo evitar soltar unas lágrimas que limpió en seguida porque su prioridad era
el bien de Lali.
Pasó largo rato llorando, drenando sus sentimientos, dejando que su
dolor se apaciguara con cada lágrima, pero quién le daba esa paz, quién era su
apoyo, quien la ayudó a sobrevivir era Peter. No era fácil darse cuenta que te
secuestraron de TU casa con TU padre allí,
y él sepa donde estés y ni siquiera quiera verte aunque sea de lejos, y
lo peor era que lo creía capaz de eso y de muchas cosas más.
Lloró hasta que al fin se comenzó a calmar poco a poco. Peter nunca
dejó de acariciar su cabello, nunca dejó de sobar su espalda, nunca paró de
decirle que todo iba a salir bien. Secaba sus lágrimas con cuidado, pero jamás
preguntó nada, ni siquiera se sintió apresurada o incomoda… se sentía a salvo.
Cuando él pensó que se había quedado dormida, ella se levantó de su
pecho, acomodó un poco su cabello y lo miró a los ojos, ambos se miraron y ella
bajó la cabeza apenada por semejante escena.
-Perdón….- pidió cabizbaja
y miró su pecho humedecido por las lágrimas.-te llené de moco- comentó avergonzada en tono jocoso limpiando su
nariz. Él sonrió sacó un pañuelo y se lo dio.
-tienes ese privilegio y muchos
mas, para eso estamos los esposos ¿no?-
-Peter…-pensó un minuto
antes de hablar, de repente ella tenía muchos problemas en su vida y todos se
conectaban entre sí- no quiero discutir
eso, yo no recuerdo haberme casado contigo y…-
-ssshhhh- tapó su boca con
un dedo –mañana vamos a la capital-
anunció con voz suave, pero que no le quitaba el impacto de orden. Él estaba
acostumbrado a ser obedecido y ella era parte de sus “súbditos”
Peter, no discutió porque no era el momento, “Lali es inocente”
resonaba en su mente las palabras de Mariano, era un hombre impulsivo, pero de
momentos parecía ir en sentido contrario a esos impulsos, su corazón creía en
Lali, pero a la vez estaba herido por tantas traiciones, de ella y de los
demás. Por ahora era mejor aclarar todo antes de seguir en este circulo
vicioso… además le quedaba un mes para dejar todo listo, incluso un testamento.
Ambos sabían que ese ir a la
capital escondía un “alejarnos de Agustín” o un “te mostraré el documento
del matrimonio”. Tal vez era lo mejor, ahora todo tendría un sentido y podrían
tomar decisiones mejores, aunque para Peter e mal ya estaba hecho. Lali secó el
pecho con manos temblorosas, él le provocaba cosas que ella no entendía y que
no se animaba a preguntar por miedo, después se limpió el rostro.
-¿no me vas a
preguntar por qué lloraba?-
-no quiero oír la
respuesta- contestó
sincero deduciendo que entre otras cosas esas lágrimas que él consolaba eran
para Agustín –mejor ven…- le tomó la
mano y la acostó sobre su pecho-
saldremos apenas salga el sol así que es mejor que durmamos- él pensó que
ella se negaría pero ella se acurrucó allí quedándose quieta. Él tomo unas
sabanas cubrió sus cuerpos y se dedicó a dormir.
CONTINUARÁ
U.u pobre Lali !! :(
ResponderEliminarque tierno Peter, sube más nove por fa
ResponderEliminarmuy buena. ya casi llegamos al cap 40 :)
ResponderEliminar@alejasolano