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martes, 7 de febrero de 2012

CAPÍTULO 17: Apostando Al Amor



DEDICADO A LAS NUEVAS LECTORAS...
ALGUNAS FIRMITAS Y HAY MAS! =)

APOSTANDO AL AMOR


Capítulo XVII: miedo
                Asustada de sus propios pensamientos cerró los ojos fuertemente, sacudió su cabeza y se movió dándole la espalda a Peter, como si así lo fuese a quitar de su lado, como si así su corazón dejara de latir tan rápidamente por tenerlo allí, tan cerca, para ser sincera prefería no pensar.
                Peter no lograba conciliar el sueño, y menos cuando sentía como Lali estaba un poco inquieta, movía su cabeza sobre la almohada, su cuerpo de un lado a otro, pero él no se movía, ni tampoco le preguntaría porque no podía dormir, si necesitaba algo que se lo pidiera.
                Solo quería dormirse, quedarse tranquilo hasta que el cansancio lo venciera y rendirse a los brazos del sueño. Pero de repente, cuando estaba en esa línea en que no tenía consciencia entre lo real y lo soñado sintió como un dedo le picaba el brazo levemente, con rapidez, pero ignoró el hecho. Después sintió como ocurría de nuevo, era ella quien lo estaba haciendo pero no abrió los ojos.
                Luego sintió como Lali se acercaba a su cuerpo y le movió la mano, él abrió muy poco los ojos, casi imperceptiblemente y vio como ella se acurrucó a su cuerpo, dándole la espalda como si no hubiese hecho nada, era tan niña, tan infantil que el acto le causaba gracia, sin embargo reprimía su risa.
                No conforme con esto, Lali se acercó mucho más, inmediatamente la desconfianza entro en su mente y pensó que querría acercarse tanto para quitarle el celular y así llamar a alguien pidiendo ayuda, pero justo antes de abrir los ojos ella se acurrucó a su lado intentando acomodarse en su brazo.
                Inteligentemente prefirió quedarse quieto, tal vez en su próximo movimiento identificara sus intenciones, se movió estirando sus brazos sobre su cabeza, cualquier cosa que decidiera hacer la controlaría de inmediato, esta batalla constante lo iba a enloquecer, con razón quería que se quedara con ella.
                Cuando Peter estuvo quieto unos minutos, ella se movió acomodándose perfectamente sobre su pecho y quedándose tranquila, y su corazón se aceleró al identificar exactamente lo que ella quería: que él la abrazara. ¿Por qué lo disimulaba si él se moría porque ella se acurrucara en su cuerpo?
-¿aún sigues con miedo?- preguntó Peter y ella se asustó pero no se alejó, él sabía que estaba despierta y lo mejor era responderle.
-discúlpame- pidió y  quiso levantarse pero él pasó un brazo por su cintura para que no lo hiciera ahora que estaba allí no la iba a dejar ir.
-no es de mí de quien debes temer-
-yo…. Lo siento-
-no debes disculparte, entiendo lo que pasó-
-pero es que…- esta vez fue ella quien dejó morir sus palabras.
-pero es que ¿qué?- preguntó y comenzó a acariciar su cabello casi de forma inconsciente -¿no es correcto?- dijo sonriendo, desde que la conoció esa parecía ser su frase favorita, parecía estar siempre debatiéndose entre el bien y el mal. Ella levantó la cabeza apenada y se derritió con esa sonrisa tan… tan… tan de él.
-esto no está bien…- ella lo decía más por lo que estaba sucediendo dentro de su corazón que por lo que  estaba haciendo. En sus novelas ella había leído sobre este tipo de disyuntivas que se presentaban en los corazones de las protagonistas, pero temía que el protagonista de su historia fuera Peter y no Agustín.
-¿qué “no está bien”?- preguntó para estar claro, pasaban tantas cosas a la vez: el matrimonio, su estafa, su amante, sus mentiras, el secuestro, las huidas, los dos en la cama abrazados…; que si no tenía cuidado se podrí mezclar y terminar muy mal. Ella bajó su mirada, tal vez hablaba de todo lo anterior más lo que él no sabía, se veía confundida.
-yo… no estoy bien- dijo para sintetizar lo que le pasaba. Hablarlo con él sería una locura, ya era suficientemente incompresible estar así con su secuestrador.
-¿tienes miedo?- le acariciaba el brazo que abrazaba su cuerpo.  Ella se acomodó mejor a su cuerpo, cubriéndose con una sábana para resguardarse del poco frío que tenía y se dispuso a dormir y no seguir pensando.
-ya no…- aseguró y él sonrió. Continuó acariciándola hasta que sintió como su respiración se tornó casi imperceptible, allí supo que estaba dormida así que la abrazó posesivamente quedándose dormido en seguida.

CONTINUARÁ

4 comentarios:

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Gracias por comentar =)