CAPÍTULO 18: Apostando Al Amor

DEDICADO A LAS NUEVAS LECTORAS...

ALGUNAS FIRMITAS Y HAY MAS! =)

APOSTANDO AL AMOR

Capítulo XVIII: lo que haces mientras duermes.

               

 Lali duró unas horas sobre su pecho, pero después dormida se alejó de Peter estirando su cuerpo boca arriba en el otro lado de la cama. Tiempo después Peter dormido sintió su ausencia y se movió enseguida hacía ella, buscando instintivamente su calor. Termino durmiendo con la cabeza enterrada en el cuello de Lali, y con una pierna metida cómodamente entre las de ella.

                No sabe cómo, y tal vez nunca admitiría el por qué, pero horas después su mano terminó debajo de la camisa de Lali, sobre uno de sus prestigiosos senos. Para cuando habían descansado lo suficiente, en medio de un sueño bastante real, Peter comenzó a besar el cuello de Lali, y cuando ella sintió esto, se movía despertándose, para cuando abrió los ojos él ya consciente de sus actos capturó sus labios, dejando un corto beso en ellos.

-¿cómo dormiste?- preguntó mirándola con esos hermosos ojos que tentarían a cualquiera a caer en el pecado.

-bien- respondió tímida, aún no entendía que tipo de relación existía entre Peter y ella: cada vez eran más seguido sus besos, cada vez los disfrutaba más, cada vez querían que se prolongaran más tiempo, eso no era un buen presagio – ¿y tú?-

-bien…- él sonrió y se acercó para besarla pero antes de hacerlo ella sintió la mano de Peter en su seno.

-¡Peter ¿qué haces!?- preguntó alarmada quitando su mano de forma brusca.

-Disculpa, no me di cuenta.- dijo apenado.

-¡si claro! ¡No te diste cuenta! ¡¡¡No te das cuenta!!! ¡¿Cómo no te das cuenta de que estas tocando algo que no es tuyo?!- estaba enojada, ese tipo de cosas eran impropias y unos besos era una cosa pero tanta intimidad era demasiado.

-es en serio Lali, ¡lo hice mientras dormía!-

- claro, mientras dormías… ¿y pretendes que te crea?- acusarlo de mentiroso precisamente ella era algo que no permitiría.

-ah, pero mira quién habla, ¡el árbol de la sinceridad!-

-¡yo a ti no te he mentido!- se sentó rápidamente, tal vez le había ocultado lo de Agustín pero en las condiciones en que ellos estaban eso no suponía mayor caos, en tal caso su problema era con Agus.

- ¡no voy a empezar a discutir contigo estupideces!- él se sentó a la par.

-yo te voy a decir lo que es una estupidez: estupidez fue dormir contigo, estupidez es que me ¡tengas secuestrada! Estupidez es sentir…- ella se calló para no seguir hablando. Apartó las sábanas para pararse y salir de allí antes de decir cosas de las que probablemente se arrepentiría.

-¡¿sentir qué!?- preguntó él al ver que ella se quedó muda- ¡vamos continúa! ¿Sentir qué? ¿Asco?- preguntó iracundo, de nuevo ella se aprovechaba de su paciencia.

-¡SI! ¡ASCO! ¿Cómo se te ocurre tocarme? ¡Falta de respeto, morboso, insolente!-

-yo no he cometido ningún pecado, en tal caso estaría tocando a ¡¡¡mi esposa!!!- le refutó cada vez más enojado con ella, ¿cómo se le ocurría decir que el de daba asco? -¡Pecado el tuyo que cometiste adulterio!-

-¡¡Loco!!- se metió en el baño y cerró la puerta necesitaba un minuto para pensar

¿Cómo podía haber confundido sus sentimientos con un tipo como este? Era obvio lo que él quería, con una cara inocente y un par de buenas acciones y palabras bonitas quería llevársela a la cama, ¿Qué clase de mujer pensaba que era ella? Por lo menos Agustín la respetaba.

¡Dios! Si seguía al lado de Peter ¡la volvería loca! Lo peor de toda esta situación era que le gustó lo que hizo. En seguida sacudió su cabeza para quitar esas obscenidades de su mente y se concentró en lo importante: ¡¡Él es su secuestrador!! Ella no estaba libre ni exenta de todo lo que a él se le ocurriese hacer.

¿Por qué demonios no podía controlar sus instintos cuando de Lali se trataba? Era la pregunta más común en él desde que había raptado a Mariana, si bien no lo había hecho apropósito, tampoco se arrepentía. El problema radicaba en las ínfulas de moral que se atribuyó cuando ella era peor que él.

El sonido del celular interrumpió sus pensamientos, era una llamada de León, otro de sus amigos de la infancia, a él también le ocurrió lo mismo que a Peter con la diferencia de que sus padres si perdieron todo.

-¿qué pasó León?-

-llamo para informarte un inconveniente que pasó anoche-

-¿Qué inconveniente?-

-se intentaron meter a la hacienda-

-¿Cómo?-

-fue un tipo, lo sorprendimos en la cerca de atrás justo cuando estaba en lo alto-

-¿Quería robar?-

-no estoy muy seguro de eso… lo único que decía era que quería a la chica… a su chica-

-¿Lali…?- ya sabía que se veía venir, tarde o temprano la buscaría.

-supongo… pero ya todo está bajo control, lo manejamos lo más disimuladamente posible pero juró que volvería por ella-

-Gracias León, me avisas cualquier cosa.-

-A la orden Peter… ¿aún quieres que mande a los guardaespaldas a la ciudad?-

-no, deja las cosas así… por ahora ella está segura aquí, de seguro regresará y tengo que prevenir-

-ok, cambio y fuera-

                Él era el encargado de la seguridad de todo lo referente a Juan Pedro Lanzani, no había propiedad que no fuera de su conocimiento y estuviese cuidada por alguien que él conociera, y Peter confiaba plenamente en León, al igual que en Vale y Nico. La ira que lo invadió en ese momento era casi insuperable, hace apenas unas horas, todo parecía tener solución e incluso estuvo a punto de liberarla y ahora las cosas parecían estar empezando, no le dejaría el paso libre a Agustín.

CONTINUARÁ