CAPÍTULO 67: Apostando Al Amor

ROCHI VOLVIOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!

BIENVENIDA A APOSTANDO AL AMOR AMIGA DE MI VIDA!!!!

PARA CELEBRARLO COLOCO UNA DE LAS IMÁGENES QUE ME EDITASTE!

A quien pueda interesar: Rochi es una de mis lectoras mas vagas que firma cuando los planetas se alinean y que ¡¡¡¡es lo mas!!!! 

APOSTANDO AL AMOR

MENCIÓN ESPECIAL A LA EDITORA DE LA IMAGEN 

Rochi! =) 

 DEDICADO A LA PRIMERA EN FIRMAR:

Angélica 

CAPÍTULO 67: “amor con hambre no dura”

Se quedaron acostados en la cama después de hacerlo, él se sentía frustrado porque no estaba saciado. La revista tenía razón, cambiaba de pareja muy rápido porque se aburría y con ella eso no ocurría, siempre quería más, se sentía un adicto sexual.

Se quedó dormido abrazándola por detrás, no quería que se alejara demasiado. Temía despertar y que Lali no estuviese allí. Aún tenía esa sensación de que en cuanto viera a Agustín, se iría con él y lo dejara sólo, lo único que esperaba era haberse cansado de ella para ese entonces.

Pasar el día en la cama había sido una idea demasiado tentadora, pero “amor con hambre no dura” así que se en cuanto se despertó dejó un beso en la mejilla de su esposa y fue a buscar de comer…

-¡Buenos días!- saludó de muy buen humor a Vale quien estaba frente a la laptop, se dirigió directo a tomar una bandeja y colocar un montón de cosas en ella.

-Buenos días- miró por encima de sus lentes y lo vio con bóxer y camiseta - ¿a qué se debe tanta informalidad?-

-Sólo vine a buscar algo de comer, no necesito traje para estar en mi casa-

-¿estás enfermo?-

-no…- siguió sonriente hurgando la nevera – más bien estoy MUY sano, hasta me siento revitalizado-

-desde que te conozco nunca te has parado después de las 9 de la mañana ni has pasado todo el día en cama a menos que estuvieses enfermo- miró el reloj de pared y eran las 3:38 de la tarde- juraba que habías salido con Lali, porque a ella tampoco la he visto-

-Peter, ¡estás aquí!- entró Lali con un pijama, ojos cerrados y pantuflas de conejito enormes.

-Lali! ¿Estás enferma?- preguntó preocupada ya que las ojeras que tenía eran muy notorias.

-No, solo tengo un poco de sueño- dijo con un bostezo y se sentó en la mesa dejando caer su cabeza sobre su brazo.

-¿Por qué te levantaste?- le preguntó Peter.

-Tengo hambre.-

- Ya iba a subir el desayuno.-

-¡Pero si ya pasó la hora del almuerzo!- se quedó callada, cerró su laptop y entendió lo que ocurrió- Ah! Ya entendí… un poco lenta amanecí hoy- se levantó- los dos están enfermos, pero ¡¡de amor!!- salió de allí pero antes dijo – otra cosa, allí en el mesón está la cesta de dulces que se llenó de hormigas y una camisa tuya Peter, supongo que la enfermedad que tienen tuvo mucho que ver-

Peter rió pero terminó de poner frutas y de preparar los sándwich para comer, la vio en la mesa prácticamente dormida y se acercó a ella por detrás acorralándola con sus brazos.

-¿estás cansada?- susurró en su oído en un tono gutural que le dio escalofrío.

-no me digas que tienes ganas de más- murmuró casi incrédula sin levantar la cabeza.

-siempre quiero más- besó su oreja y mordisqueó el lóbulo – pero no lo decía por eso, lo decía para comer en el cuarto-

-ya estamos acá- levantó la cabeza con sus ojos cerrados.

-que linda eres- beso la punta de su nariz y fue a servir los alimentos.

-¿sabes qué? Cuando estaba en la iglesia escuchaba de mujeres que se quejaban de lo desatentos que era sus maridos, pero definitivamente no entras en ese grupo- él sonrió y se sentó a su lado, halándola para que se sentara en sus piernas. –Aunque si nuestra alimentación depende de ti creo que viviremos en base a las frutas que crecen en los árboles del jardín- bromeó mirando el jugo de naranja recién hecho, y toda clase de frutas en la bandeja.

-Contrataremos una cocinera- tomó una manzana y comenzó a comer.

El desbalance que sentía en su interior sentía en su interior era simplemente incompresible, en un minuto pensaba que viviría con ella hasta que el aburrimiento los separe y al siguiente minuto pensaba que estarían eternamente juntos, sus sentimientos estaban tan claros como confundidos y el único momento en que se sentía seguro de ella era en la cama, sin embargo a veces dudaba.

-¿Por qué te levantaste?- preguntó cuando ya estaban terminando de comer.

-no se… no estabas y simplemente me paré a buscarte.- él le dio un beso en el cuello y se terminó de tomar el jugo.

-¿estás desde hace mucho en esto de la religión?- preguntó con DEMASIADA naturalidad y aunque Lali notó la tensión en su mandíbula, prefirió pensar que era porque terminaba de masticar.

-mucho… años… desde que recuerdo… estudiaba en un colegio de monjas, y allí iba a la capilla del cole, después la secundaria era normal, entonces entre en la iglesia y seguí con mi fe.-

-y allí conociste a Agustín…-

-si…- afirmó con un poco de miedo, por alguna razón no confiaba en la calma de Peter en cuanto a Agustín se refería.

-¿nunca pensaste en ser monja?-

-muchas veces, pero mi papá jamás me lo permitiría y luego…- dejó morir sus palabras que completó Peter.

-te enamoraste de Agustín- el aire se empezaba a tornar denso pero antes de poder aclarar las cosas él continuó- ¿y dónde te enseñaron que no se puede hacer el amor en plena luz del día?- tomó un poco del jugo de ella clavando sus verdes ojos en los suyos, en ese momento supo que el tema no era el apropiado para una reconciliación – ¿fue Agustín? ¿Por qué no estuviste con él?-

-de “eso” no se habla Peter, y no fue Agus… y si no estuve con él fue porque las cosas no se dieron.-

-o sea que  querías…-

-¡Peter!-

-¿Qué?-

-¡“ESO” no se habla!-

-¿con “eso” te refieres a hacer el amor?-

-¡Obvio!-

-está bien…- la miró comer antes de lanzar su próxima pregunta – ¿pero fue él quien te lo propuso?-

-¿quién me propuso qué?-

-Agustín, sexo- respondió directo.

-¡Basta Peter!- se levantó se sus piernas y tomó lo que estaba sucio para lavarlo -  y no, no me propuso nada, él es un caballero-

-yo no dejo de ser un caballero por haber propuesto “eso”-

-no estamos hablando de ti-

-Pero lo pensaste-

Se acercó a hasta él para recoger el resto de lo que ensuciaron.

-no, no lo pensé… tú lo pensaste- le dio un beso en la cabeza- eres un hombre maravilloso Peter, no sé porque dudas de eso-

-no, si de “eso” no dudo- respondió intentando sonar juguetón pero Lali sabía que su curiosidad no había sido saciada y que el resto de sus dudas las llenaría con suposiciones. ¿acaso no era suficiente prueba haberse quedado, haberse entregado?- me encantaría pasar el día contigo, pero tengo que pasar por las caballerizas para saber cómo siguen los caballos enfermos-

-¿Puedo ir?-

-No- respondió sin derecho a réplica y le dejó el vaso para que también lo lavara – me voy a cambiar-

Se marchó y Lali prefirió no pensar, el hombre dulce que tenía en la cama de nuevo se transformaba en el intransigente de siempre. Peter se inventó ese plan en el último momento, ¿cómo podía luchar en contra de Agustín? Por más que sea, había sido su primer amor, y él era el que la secuestro sacándola de ese mundo de fantasía donde ella creía que todo era perfecto. Se cambió de ropa y antes de irse a las caballerizas ordenó que si Lali quería salir la siguieran y le avisaran.

ADELANTOS DEL CAPÍTULO DE MAÑANA

Al día siguiente supo que en horas de la noche tendrían que marcharse. Ya no había mucho que hacer en el pueblo y aún tenía que ir a la capital para arreglar los papeles del duelo, un testamento entre otras cosas encabezaban la lista. No le pediría a Lali que se fuera con él.
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-Ven acá un segundo- ordenó con su voz sombría,

hice algo que te molestó?-

-sí-

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-Deberíamos ir a comer

-¿no me digas que no es correcto hacer el amor sin comer?-

-¿te estás burlando de mi?- 

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-Por qué no viniste a dormir anoche conmigo?-

-no quise despertarte- en realidad lo que no quería era acostumbrarse demasiado a ella y después simplemente no poder dejarla ir.