PARA LAS NUEVAS LECTORAS
APOSTANDO AL AMOR
Capítulo X:
Adictivo
-eso es para que no te olvides de lo que
siento por ti, para que sepas que es real, que no es un juego y que es 100%
sincero- le dijo en sus labios cuando se separó un poco para tomar algo de
aire.
- me robaste un beso- emitió en susurro, sorprendida aún, ni siquiera
Agustín había hecho eso alguna vez, cuando se llegaron a besar todo era
demasiado premeditado y esperado.
-tú me correspondiste- dijo más que todo
para recordarle que él sintió como ella lo disfrutó.
-eso no se hace- lo alejó un poco
mientras cobraba la consciencia de lo que pasó.
-si se hace, es más si quieres lo podemos
repetir.-
-¡no! ¡Aléjate!- exclamó asustada pasando la reja del jardín de su casa, hablando con
él desde el otro lado.- no… no lo
vuelvas a hacer… eso… esto no está bien…- lo amenazó y él sonrió, la había
descontrolado y él lo sabía.
-No te voy a robar otro, sólo bromeaba-
respondió riéndose. –El próximo me lo
darás tú sin necesidad de robártelo-
-¡no habrá próximo! Y ¡no te rías! yo no te
correspondí… lo hice por… por… por liberarme de ti! Sí, eso!-
-está bien- admitió acercándose a ella, quien se sostenía de los barrotes de la
reja, al parecer no se podía despegar –me
conformo con saber que sientes por mi lo mismo que yo por ti.-
-yo no dije eso-
-hay cosas que no tienes necesidad de decirlas- dijo mirándola
fijamente a los ojos, acariciando una de sus manos y dejando un beso en la otra
– buenas noches- anunció y se fue completamente satisfecho de
ser correspondido.
Ella se quedó unos minutos más
en los barrotes, viendo cómo se alejaba, recordando ese beso pecaminoso. ¡Oh,
por Dios! La había besado en la entrada de su casa, ¡en toda la calle! ¡A la
vista del mundo! Si alguien la había visto y Agustín se enteraba estaría
muerta.
Fue un pecado besar
los labios de este hombre, era adictivo.
Al llegar a la casa
los guardaespaldas no querían soltar a Lali, ayudaron a Peter a bajar del carro
y forcejeaban con ella para que no se escaparan, pero eso era más que todo
manotazos de ahogado por parte de ella porque de igual modo estaba demasiado
débil como para reintentar escaparse.
-esperen- ordenó Peter quien cojeaba con
dificultad. – Lali, ¿me acompañas a mi
cuarto?- preguntó esperando una negativa, pero aún quería arriesgarse a ver
si por casualidad lo ayudaba, a ver si por si acaso corría con la suerte de
estar unos minutos más cerca de ella, sin obligarla.
-yo ¿por qué?- preguntó con una mezcla
entre inocencia y sorpresa.
-si no quieres, subo sólo- ¿qué otra
cosa podría decirle? ¿Qué quería que se preocupara por él? Peter comenzó a
avanzar como podía y ella solamente lo miraba.
-Es mejor que llames a un doctor- le
aconsejó al ver como caminaba con dificultad –se te puede infectar la herida.–
- ¿tú lo sabes
hacer?-
-sí, pero es mejor que vayas a un doctor-
había aprendido muchas cosas en la iglesia, y una de esas primeros auxilios
para ayudar a los enfermos.
-no quiero-
-también puedes llamar a Pablo- esa idea, esa confianza que tenía en el
curandero lo molestó tal vez más que la herida que tenía.
-mañana lo haré- respondió para salir
del paso pero cuando fue a cruzar para subir la escalera casi se cae y ella
corrió en su auxilio y lo sostuvo como pudo.
-deberías llamarlo de una vez-
-puedo sólo- intentó avanzar soltándose de ella pero Lali no lo soltó.
-yo… mejor te ayudo- se ofreció y de
repente él sintió que eso era todo lo que necesitaba para ser feliz, tenerla
cerca.
Subieron las
escaleras y llegaron al cuarto de él, lo ayudó a entrar y Peter se dejó caer
sobre la cama, estaba un poco agotado.
-¿y si te limpio la herida? no es bueno que duermas esta noche con eso
así-
-en el baño puedes encontrar lo que necesites- dijo Peter con la
cabeza en la cama y ella fue a buscar gasas, jabón iodado, adhesivo, entre
otras cosas.
Cuando regresó se
encontró con una imagen que hubiese preferido no ver: ¡Peter en ropa interior!
-¡Jesús!- exclamó sorprendida girándose
para no verlo.
-Peter, me llamó Peter, y date prisa que me
está doliendo un poco- corrigió acomodándose en la cama en posición
semi-sentada
-por… ¡¿por qué tienes que estar sin ropa?!-
-no estoy sin ropa, estoy en calzones-
-exacto!!! Eso no está bien! No
es normal que andes mostrando tus partes a todo el mundo!- aún Lali no se
atrevía a mirarlo.
-primero no es a todo el mundo, es a ti que
eres mi esposa, segundo no ando mostrando nada, es como si estuviera en
pantalones cortos y tercero ¡si no te das prisa esto se puede infectar! No fue
eso lo que dijiste cuando veníamos caminando.-
Lali se quedó impactada con eso
de que era su “esposa” pero su mente estaba demasiado perturbada por una noche
como para detenerse a pensar en esa pequeñez que le parecía un delirio, un
juego; ¡¡tenía a sus ojos un hombre desnudo!!
-¡Al menos colócate algo encima!- pidió
aún de espaldas. Peter entorno los ojos y colocó una sábana que le tapaba el
calzón.
-Listo- ella se giró lentamente abriendo
primero un ojo para asegurarse que no estuviese mintiendo y después el otro
cuando lo vio cubierto.
-¡esa es una falta de respeto! ¿Sabes? ¿A ti
no te enseñaron modales en tu casa?- reclamó ella mientras echaba jabón
iodado en la gasa.
Peter se tensó y se
limitó a no responder, prefería no recordar que sus padres lo regalaron y
además tener que explicárselo a alguien quién no lo entendería, y solo sentiría
lástima por él.
-ASHHHH!!!- se quejó apenas coloco y
comenzó a limpiar.
-no exageres, esto no arde-
-solo……. Date prisa- ella siguió en su faena.
-si te duele tanto deberías llamar a un
doctor- insistió Lali mientras limpiaba concentradamente la pequeña lesión.
El cuerpo de Peter estaba tenso y ella saco unos restos de astillas que estaban
clavadas allí.
-¿falta mucho?-
-casi está listo- dijo ella cubriendo la herida con la gasa y asegurándola con
adhesivo. –Terminé, insisto que deberías
ir a un doctor-
-confío en que tus manos sean sanadoras-
-pero, y si te da fiebre?-
-lo dudo, además mejor para ti si me pasa algo, tendría más oportunidades
para escaparte- ella
recordó que no estaba allí por su voluntad, que él la tenía allí a la fuerza,
pero era tan fácil olvidarse del mundo estando a su lado.
-eres una persona, no es bueno desearle mal a tus semejantes, así se
lo merezcan- le dijo y
acercó su mano a su frente para comprobar que no se le había aumentado la
temperatura.- no tienes fiebre- Él
la tomó de la mano y la haló haciéndola caer sobre su cuerpo – Peter, ¿qué haces?- esa era una
pregunta que ni él mismo podía responder, solamente actuaba por instinto y sin
darse oportunidad a pensar la besó.
CONTINUARÁ
No se pudo aguantar y la beso el de nuevo
ResponderEliminarEsta es una d las veces k Lali decide quedarse con Peter x voluntad propia,y eso k el la seguia amenazando.
ResponderEliminarmas novee
ResponderEliminarLali era lo más parecido a una monjua q he visto.Tanto encierro y sólo ir a la Iglesia la hicieron ver las cosas de forma arcaica!
ResponderEliminar_Jesus!
_Peter,me llam
Me mate de risa con esta parte.
Gracias!y Vamos por m+as!o Peter!
Me mueero jajaja
ResponderEliminar"jesus!"
no puedo imaginar a Lali semi-monja! es tan pasional que no me sale :O
Buenisima la nove :D