DEDICADO A LAS LECTORAS FIRMANTES...
ALGUNAS FIRMITAS Y HAY MAS! =)
APOSTANDO AL AMOR
Capítulo XXX:
Después de degustar sus labios un rato se dirigieron al auto, en el
camino Peter le mostraba ciertas cosas pero poco a poco Lali se fue quedando
dormida en su hombro y la tuvo así hasta que llegaron a casa. La subió a su
habitación, le quitó los zapatos y la dejó para que durmiera tranquila.
Al día siguiente tenía que ir a la hacienda, ya Agustín había
intentado entrar demasiadas veces y se llevaba algún que otro refuerzo para
intentar controlar la situación. León, su amigo, era bueno en su trabajo pero
un poco de ayuda no le vendría mal, además de que tenía asuntos de negocios que
resolver por allá.
La idea a Lali no le pareció mala, al menos si se escapaba sabría a
donde acudir, y después de tanto tiempo al fin estaría en su tierra, mas cerca
de su padre y de… Agustín… la sola idea de pensar en él le causaba nervios en
el estómago y una alegría incontrolable. Casi la misma que cuando veía a Peter.
Borró esa idea y se concentró en que tal vez su confianza con Peter no
estuviese tan mal, dentro de poco podría sacar el tema nuevamente y ver si se
podía llegar a un acuerdo.
Se llevaron a Vale, más que todo porque Peter sabía que no podía pasar muchos días por allá, además
Lali estaba segura en la ciudad porque no la conocía, por ahora. Y los riesgos
de que se escapara eran pocos después de lo que pasó la primera vez.
En cuanto llegaron Pablo se acercó a saludar y Lali le presentó a
Vale, enseguida se dio cuenta del intercambio de miradas especial que había
entre ellos, pero Peter sólo se aseguraba de captar la mas mínima insinuación
de Pablo hacía Lali para correrlo de inmediato. Cuando se fue, ella comenzó a
hablarle a Vale de lo genial que era.
-Y me curó…- concluyó Lali después de contarle un par de cosas de él.
-¿en serio? Pero como te caíste- preguntó Valeria preocupada.
-eso no importa, lo que importa es que tienes unas manos de ángel, que
digo de ángel ¡de Dios!-
-De curandero querrás decir, porque eso es lo que es- intervino Peter
en tono despectivo.
-no se ve mala persona- comentó Vale distraída a la vez que entraban a
la casa y se dirigían a la cocina.
-¡no lo es, es un santo! El ser más dulce y comprensivo que he
conocido- respondió Lali.
-Cualquiera que te tuviese lástima se portara de ese modo- intervino
de nuevo y Lali no entendía porque de pronto estaba tan agresivo con sus
palabras.
-además conoce esta hacienda como nadie- ignoró a Peter y seguía
haciendo de celestina entre Pablo y Vale, ya después haría lo mismo con él.
-¿Cómo sabes? ¿te ofreció mostrártela?- preguntó enojado.
-no… me dijo que vive toda su vida aquí- respondió Lali empezando a
intimidarse.
-¡tu también y ni nadar sabes! Que te hace pensar que él no es igual
que tú-
-en ese caso estaría bien, porque Lali es una buena chica- quiso
calmar las cosas Vale.
-¡ja! Buena chica! ¿Ahora le dicen así a las hipócritas mentirosas e
infantiles?-
-¿qué te pasa Peter?- quiso saber Vale ya que su mal humor parecía
injustificado.
-A ustedes ¿que les pasa?, pareciera que nunca en la vida hubiese
visto a un hombre- Ni el mismo Peter se entendía.
-no discutan- Dijo Lali
-¡Tú no te metas!- respondió él.
-¡Peter!-Lo retó Valeria.
-Déjalo Vale…- intentó dar por terminada la conversación -Permiso, me
voy a mi habitación- anunció dolida pero antes de dar un paso Peter dijo.
-No, vamos al pueblo, así que nos vemos en el carro-
-Pero…-
-Vamos al pueblo he dicho y ve al carro ¡YA!- ella se fue con una
mezcla de enojo y decepción, había vuelto a ser el mismo tirano de siempre.
-TARADO- le dijo Vale una vez que quedaron solos y le pasó por el lado
dirigiéndose a la parte de atrás de la casa, que daba salida a la hacienda.
Peter suspiro y se fue al auto, le convenía que en el pueblo supieran
que Lali estaba de nuevo allí y con él, así llamaría la atención de Agustín y
podría resolver las cosas de una vez por todas. Llegó hasta el auto y después
de un par de llamadas se enteró que unos “pura sangre” habían llegado al puerto
y los estaban subastando, eso sería productivo para su negocio así que allí
sería donde irían.
Lali estaba intentando reconocer el sitio exacto donde estaban, para su
desgracia y descuido se quedó dormida en el camino y no sabe por donde era que
se había metido Peter. De repente sintió cuando alguien la tomó bruscamente del
brazo y la dirigía al carro.
-No tienes porque tratarme así Peter- le dijo aún con los mismos sentimientos
que cundo salió de la cocina.
-¿entonces como quieres que te trate?- la soltó repentinamente y ella
dio un par de pasos torpes para mantenerse de pie. –¿como la niñita inocente
que finges ser, o como la mentirosa que de verdad eres?-
-yo no te he mentido, y no finjo ser nada que no soy en realidad-
-en ese caso eres una nena inmadura que lo único que quiere es dar
lástima para conseguir lo que quiere-
-¡eso no es cierto! ¡Yo no soy una nena, soy una mujer, y no entiendo
porque me tratas así ni porque me tienes acá!-
Una oleada de furia invadió el ser de Peter y dando pasos tensos hacia
adelante haciéndola a ella retroceder.
-¡una mujer!- se rio malvadamente -He conocido infantes que tienes más
dotes de mujer que tu! Eres una nena, una infantil, una sosa que con su cara de
mosquita muerta se la pasa mintiéndole al mundo entero- la acorralo en el carro
y apoyó las manos en el objeto para que no se escapara – “me encantaría conocer
tu constructora, me encanta el algodón de azúcar, ¡Vivan las flores”- se mofó
de ella imitando su voz – por favor niña tonta, ¡madura! Saca tu verdadera
personalidad y aprende que la vida no es color de rosa como la quieres hacer
ver. Una mujer es…- fingió pensar –algo que tu estas demasiado lejos de ser-
Clavó sus ojos en los de ella y por primera vez no podía identificar
lo que pensaba o lo que sentía, no se veía mentira ni verdad, no había dolor ni
odio, no había nada, más sin embargo sabía que tenía todo.
Lali no supo ni por qué lo hizo, ni que la obligó a hacerlo, ni tampoco
porque su juicio no la detuvo pero para cuando pensó ya lo había tomado de la
camisa y lo acercó a ella para darle un beso que le salió del alma.
En su vida la había ofendido tanto, podía acusarla de cualquier cosa
menos no de ser mujer, “¡pero quien se creía él que era para insultarla así!”
una de las opciones era darle una cachetada, y meterse en el carro a llorar
mientras seguía sintiéndose mal por su desdichado destino, o podía darle un
beso y demostrarle que ella no era la única que vibraba con el contacto de sus
labios.
Él correspondió de inmediato
dejándose llevar por los fatídicos sentimientos que no le permitían tener el
control de sí mismo. Ella nunca se había atrevido a hacer algo así, ni siquiera
con Agustín, y tal vez no lo volvería a hacer, pero tampoco nunca un hombre la
había hecho sentir así, tan… tan… tan…
-El hecho de que quiera que todo este bien y que valore las pequeñas
cosas que tiene la vida no significa que no sea mujer.- dijo cuando se separó
de él, antes de darle conclusión a sus pensamientos –y nunca he salido de mi
casa, así que es normal que me sienta deslumbrada por todo lo que me muestras,
y si no te gusta como reacciono siempre me puedes dejar encerrada en mi cuarto
todo el día, ¿no es así como acostumbras a resolver las cosas?-
Lo apartó de su camino y se metió en el asiento trasero del auto,
Peter se sentó de conducto, y a pesar de que le colocó un antifaz ella podía
sentir su mirada sobre su cuerpo. “¿de dónde había salido ese carácter?” era
algo que ambos se preguntaban.
Al llegar al puerto caminaron un poco llegando cerca del muelle, que
era donde e encontraban los caballos que subastaban. Peter tomó de la mano a
Mariana entrelazando sus dedos y notaba como estaba trémula, Agustín debía
estar cerca, lo sospechaba; y si no era así apenas se enterara de que ella
estaba allí se acercaría y entonces él atacaría.
Lali no dejaba de pensar en el beso que le acababa de dar a Peter,
estuvo mal, MUY mal “¿en qué estaba pensando cuando lo hizo?” si se hubiese
echado a llorar al menos ahora no tendría cargo de consciencia.
Se sentaron en un lugar al fondo, y Lali estaba distraída, la imagen
de Peter era tan dura, seria, era como un hombre al que no se le podía llegar
mas allá de la crueldad que mostraba, sus manos eran ásperas, no las típica de
oficinista, sino duras, como de un agricultor. Pero sus labios, era suaves,
expertos, deseables… desvió la mirada para dejar de pensar en eso pero lo que
vio fue la señal de esperanza que pidió durante todo este tiempo.
“Agustín” haciéndole señas entre la multitud y señalándole un sitio de
posible encuentro. Tenía que ir, pero “¿Cómo?”
CONTINUARÁ
muy buena la novela
ResponderEliminarUna pregunta tu no duermes?
Lei esta tanda,muy buena,nunca más hubo nada de Vale y Pablo,no prosperó esa atracción?.
ResponderEliminarLeyendo estos cap y sabiendo cómo están ahora q duro fue todo!
Excelente!Gran Talento el tuyo!
Buenisisisissima qiero maaaaaas muuucho maaaaaas !
ResponderEliminardalee subii!
ResponderEliminarotro cap por favor
ResponderEliminarYa casi tengo todos Los capitulos en mi cabeza bunisima hay mas para hoy, ah you cuando vas a publicar el nuevo capitulo. Firma @chiki_87
ResponderEliminarotro mas dale !!!!
ResponderEliminarSUBEEEEE EL 69 !!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarsubii el 69 !
ResponderEliminarYo quiero el 70 de ATC esa historia donde quedo... Venia toda entretenida leyendola y no encuentro mas capis =( @Linamar0428
ResponderEliminarsubiiii ..soy clara..subi de una buena ves :)
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