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martes, 7 de febrero de 2012

CAPÍTULO 12: Apostando Al Amor

DEDICADO A LAS NUEVAS LECTORAS...
ALGUNAS FIRMITAS Y HAY MAS! =)
APOSTANDO AL AMOR




Capítulo XII: la mezcla perfecta

                Lali pensó inteligentemente que lo mejor por ahora era hacerle caso, de verdad se había mostrado condescendiente al no reprenderla de un modo violento por su frustrada fuga, así tal vez Dios le daría la oportunidad de darle una nueva ocasión de escape. Se bañó con mucho cuidado, su cuerpo estaba lastimado por los golpes de la noche anterior con las caídas que tuvo en su intento de huida.
                Al vestirse no mostro ninguna emoción, además de que no estaba acostumbrada a tantos lujos así que tomo la primera prenda que encontró y se la colocó. Un vestido blanco, sencillo, sin brillo, largo y unas sandalias sin tacón ni lujo, las típicas que las damas de alta sociedad usan para andar en casa. Recogió su cabello con una cola y esperó que llegara el momento que Peter le indicara para irse.
Cuando bajó por las escaleras, a Peter le pareció la mujer más hermosa que había visto en su vida. Aunque estaba consciente de que así no se vestían las mujeres que asistían al tipo de evento social que ellos iban, a él le encantó que eso a ella no le importaba, o tal vez no estaba consciente de ello; aun así, si ella hubiese decidido ir en jean y franela, habría opacado con su belleza a cualquiera que se hubiese parado a su lado.
                Le estiró la mano para tomar la de ella, pero Lali lo único que hizo fue mirarlo en silencio, sus ojos demostraban su tristeza y Peter procedió a tomarle delicadamente el brazo para guiar su camino. Se montaron en el carro y él le vendó los ojos “tengo que hacerte lo más difícil que se pueda tu huida, en caso de que quieras escapar” ella no dijo nada y eso le molestaba.
                Quería que reaccionara, lo hacía sentirse un rufián el hecho de que no opusiera resistencia o hiciera algún comentario. Ni siquiera hablaba, solo asentía o negaba según fuese lo que le dijera. Incluso paso por su mente darle un beso, pero se abstuvo cuando se imaginó que este moriría en sus labios sin ser correspondido, lo que no era muy loco de pensar basándose en la apatía en la que se encontraba Lali.
                Cuando llegaron al lugar Peter le quitó la venda, ya no habría peligro, estaba casi seguro que ella no conocía la ciudad, la cual estaba congestionada por el evento social, y avanzaba sumamente lento. El teléfono no le dejaba de sonar entre invitados que lo llamaban para anunciar que llegaría un poco tarde y Nico que preguntaba cada 5 minutos cuanto faltaba para que llegara.
                Entre tantas distracciones no se dio cuenta cuando Lali burlo su vigilancia y abrió la puerta del auto para escaparse, apenas sintió este movimiento intentó tomarla del brazo pero ella supo escabullirse perfectamente alejándose rápidamente de él.
                Peter pensó rápido y salió del auto persiguiéndola entre los autos, por la acera, mientras cruzaba la calle sin siquiera mirar, el sonido de las cornetas, el alboroto de la gente, las llamadas telefónicas era sonidos perturbadores que se mezclaban con su desesperación por raptarla de nuevo.
                Ella subió su vestido para que le permitiera correr mejor, era muy escurridiza, no conocía la ciudad pero sabía perfectamente que quería estar lejos de él y lo estaba logrando. Cruzó una esquina y él la perdió de vista por dos segundos, cuando la miro nuevamente solo observo el perfil de su figura que entraba en un callejón que estaba en una calle más transitada de la ciudad.
                A pesar de ser tan tarde la gente se movía con destino a sus casas o a eventos sociales, en ese aspecto la cuidad era bastante movida. Cuando llegó al callejón no la vio, estaba sin salida así que no había modo de que lo hubiese traspasado. Salió a ver si corría afuera pero tampoco lograba divisarla. Caminó un poco más los caminos que pudo seguir pero no la veía.
-¡¡¡Diablos!!!- exclamó cuando dio por hecho que la había perdido.
                En ese momento sonó su celular, era Nicolás quien clamaba su presencia en la reunión, y Peter dijo que no iría porque Lali se le había escapado. El problema no era raptarla de nuevo, el problema era que estaba perdida en un lugar que no conocía, con gente que no conocía, sin dinero, de noche y sola, la mezcla perfecta para cualquier depravado.
                Siguió caminando por largas horas buscando en cada uno de los lugares cercanos al sitio donde se perdió pero no había rastro de ella. Movió a los guardaespaldas que tenía en la capital para buscarla, pero solo estaban muy pocos disponibles tres como máximo, el evento había ocupado a casi todos y los demás estaban en el rancho, solo se había ido a la capital con uno.
                Se distribuyeron equitativamente: uno lo ayudaba a él en la misma manzana donde se perdió Lali, los otros dos buscaban en los rededores, tarea difícil, pero no se cansaría hasta que supiera que ella de verdad estuviese a su lado, en sus brazos, lejos de cualquier peligro que intente agredirla.
                Ya estaba a punto de amanecer y aún no había pista de ella, estaba realmente preocupado, a tal punto que se arrepintió de secuestrarla en su arrebato de ira por sentirse engañado, era mejor que estuviera libre pero en sus tierras, sana y salva, tendría que llegar a algún acuerdo con ella. Cruzó en una esquina que estaba a un par de cuadras abajo, después del sitio de escape de Lali, estaba agotado pero no descansaría hasta encontrarla, su guardaespalda anunció haber visto una chica entrar en un callejón y Peter decidió ir hasta allá, pero no era ella.
                Agotado, pero no rendido, se dispuso a regresar a casa, allí pensaría mejor en cómo mover a su gente para hallarla, esperar 48 horas de pérdida para avisar a la policía era demasiado tiempo y tenía que dar explicaciones que no eran válidas en el ámbito legal, aunque con dinero todo se puede.
                Le dijo al guardaespaldas que lo estaba ayudando que buscara el carro, echando un último vistazo antes de retirarse.  Escuchó el grito de una chica pidiendo ayuda y no tuvo corazón para ignorarlo. Se acercó hasta el callejón y vio a un tipo al mejor estilo de los maleantes acercándose a una chica de forma amenazante.
-¡no tengo nada que darte!-exclamó ella echándose para atrás, yendo más hacía el encerrado callejón.
-¡¿con ese vestido crees que te voy a creer!?- su voz era la de un sádico sin escrúpulos.
-te lo juro, ¡¡no miento!! ¡Solo tengo lo que tengo puesto!- estaba temblorosa, se notaba en su forma de hablar.
-entonces tal vez te lo debería quitar-
                El antisocial se abalanzó sobre ella, forcejearon un poco y en ese momento se asomó Peter quién se dio cuenta a pesar de la oscuridad que ya se disipaba por la amenaza del sol, como rasgó parte del vestido, como quería abusar sexualmente de ella. Peter después de agarrar un tubo de hierro oxidado preparándose para atacar, decidió intervenir de imaginar que podría ser Lali le hervía la sangre.
-¡¡Alejate de ella!!- gritó Peter con voz amenazante, su apariencia desaliñada pero imponente, un hombre alto con traje de alta costura pero con una mirada llena de fuego.
-Peter…- susurró ella con un brillo en los ojos que iluminaba el mundo de él. El ladrón detuvo sus manos y giró su cabeza.
-Lali…- dijo Peter. Su corazón empezó a latir con velocidad, al fin la encontró y no sólo eso sino que ahora tenía que salvarla.

CONTINUARÁ
 

2 comentarios:

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Gracias por comentar =)